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En nuestra sociedad, predomina una idea, un pensamiento y creencia colectiva, en el sentido de que cualquier labor que el ser humano realiza, ya es un trabajo o una ocupación.
En cierto modo es así. Digo en cierto modo, porque no todas las ocupaciones ni todos los trabajos benefician a las demás personas.
Muchas veces las personas trabajan en forma egoísta, en provecho de sí mismas y de sus familias, pero al mismo tiempo, perjudican a mucha gente. Este es el caso de aquellos que viven del robo y de la delincuencia, perjudicando la propiedad privada y la vida de la gente.
También es el caso de aquellos empresarios que por maximizar sus utilidades, pagan salarios insuficientes y no promueven el crecimiento personal y profesional de sus trabajadores. También es el caso de aquellos trabajadores que con actitud negativa, realizan labores de baja calidad, perjudicando a la empresa y a los ususarios de dicho servicio.
La actitud mental, la forma de pensar y creer, juega un rol muy importante para la ejecución del trabajo. Si todos trabajamos pensando en beneficiar a las demás personas, estaremos en el camino del crecimiento contínuo.
El trabajo negativo y egoísta, lo hacemos con nuestro yo falso. Es el que piensa y cree en su capacidad limitada, teme a la enfermedad y muerte; y, por eso, siempre busca y está en conflicto consigo mismo y con los demás. El trabajo positivo y generoso, lo realizamos con nuestro Yo Verdadero. Es el que piensa y cree en su capacidad infinita, no teme a la enfermedad ni muerte; y, por eso, siempre vive con amor y sabiduría, con alegría y armonía, pues la vida terrenal es tan sólo una pequeña etapa de nuestra gran vida.
El verdadero trabajo, siempre debe beneficiar a la humanidad y no perjudicar a nadie. Es preciso desarrollar conciencia de este concepto, para asegurar el crecimiento en felicidad y prosperidad, de la persona, de la familia, de la comunidad y de toda la humanidad.
En Proganancia creemos en el trabajo honrado; por eso no ofrecemos a nadie riquezas inmediatas o surgidas "de la noche a la mañana", porque al hacerlo, primero estaríamos mintiendo, y segundo, daríamos pábulo a pensar que nuestros negocios son ilegales o reñidos con la sana moral.
Proganancia proclama como postulado los negocios inteligentes, es decir, aquellos en los que el esfuerzo es planificado estratégicamente para que rinda en un plazo prudente grandes satisfacciones y beneficios... y eso es otra cosa.
Así, pues, que nadie pierda más su tiempo: no busquen dinero fácil, busquen dinero honrado y bien hecho.
Fuente (texto en cursivas): Chito y Memo
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